La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.
(Gilbert K. Chesterton).
La alegría de las últimas horas quedo detenida en seco cuando me comunicarón a media mañana de ayer la muerte de un compañero de trabajo. Uno de esos compañeros que a pesar de no haber tenido con el más relación que la profesional a causado en mi una gran tristeza por los buenos momentos que hemos vivido juntos. No por esperada, ya que Ramón estaba malito desde hace tiempo, deja de impactar a uno, que con el paso del tiempo se hace más sensible a estás cuestiones, el fallecimiento de alguien cercano. Ramón, era todo un personaje, siempre riendo, contando chistes, anécdotas e historias a diestro y siniestro y a todo el que se encontraba en su camino. Era el típico buscavidas, un luchador,como no se puede ser de otro modo cuando se tienen creo recordar 10 hermanos. Recuerdo sus momentos de "oro" cuando nos contaba que había participado en el programa "Aplauso" (aquel programa juvenil de finales de los 70 y principio de los 80 donde los chavales de la época bailoteaban música disco) ganando incluso no se que edición. Recuerdo de igual modo, como contaba sus andanzas en el "Juan Sebastian Elcano". Recuerdo sus chistes, malos de solemnidad (perdona Ramonet) , de los que me reía para quedar bien con el. Ya no podrá estar más con su Hércules, del que era portero (pero de la otra plantilla, la que se ponía en las puertas de acceso), como tampoco lo hará en la Plaza de Toros de la que también era portero, en su plantilla de fijos discontinuos, como me solía contar en alguna ocasión. Hace poco nos vimos y a pesar de que no nos despedimos de manera manifiesta, nuestras miradas parece que si que lo hicieron. Son esas reglas no escritas que hace que el disimulo oculte lo que se siente, olvidandonos precisamente de esos detalles. Detalles que dicen que la vida es muy corta para perderla con disimulos inútiles. Aquel día en su cara tenia dibujada la marca del que está llamado en breve a dejar este mundo, aún así, lucho y lucho, lucho como un jabato por que era eso, un superviviente nato. Al final el peso de la realidad a podido al peso de la voluntad.
Descansa amigo allí donde estés Ramón, siempre me acordaré de ti, espero que algún día me enseñes esas fotos que nunca encontraba tu mujer en el "Juan Sebastian Elcano". Un abrazo a toda la familia!
(Gilbert K. Chesterton).
La alegría de las últimas horas quedo detenida en seco cuando me comunicarón a media mañana de ayer la muerte de un compañero de trabajo. Uno de esos compañeros que a pesar de no haber tenido con el más relación que la profesional a causado en mi una gran tristeza por los buenos momentos que hemos vivido juntos. No por esperada, ya que Ramón estaba malito desde hace tiempo, deja de impactar a uno, que con el paso del tiempo se hace más sensible a estás cuestiones, el fallecimiento de alguien cercano. Ramón, era todo un personaje, siempre riendo, contando chistes, anécdotas e historias a diestro y siniestro y a todo el que se encontraba en su camino. Era el típico buscavidas, un luchador,como no se puede ser de otro modo cuando se tienen creo recordar 10 hermanos. Recuerdo sus momentos de "oro" cuando nos contaba que había participado en el programa "Aplauso" (aquel programa juvenil de finales de los 70 y principio de los 80 donde los chavales de la época bailoteaban música disco) ganando incluso no se que edición. Recuerdo de igual modo, como contaba sus andanzas en el "Juan Sebastian Elcano". Recuerdo sus chistes, malos de solemnidad (perdona Ramonet) , de los que me reía para quedar bien con el. Ya no podrá estar más con su Hércules, del que era portero (pero de la otra plantilla, la que se ponía en las puertas de acceso), como tampoco lo hará en la Plaza de Toros de la que también era portero, en su plantilla de fijos discontinuos, como me solía contar en alguna ocasión. Hace poco nos vimos y a pesar de que no nos despedimos de manera manifiesta, nuestras miradas parece que si que lo hicieron. Son esas reglas no escritas que hace que el disimulo oculte lo que se siente, olvidandonos precisamente de esos detalles. Detalles que dicen que la vida es muy corta para perderla con disimulos inútiles. Aquel día en su cara tenia dibujada la marca del que está llamado en breve a dejar este mundo, aún así, lucho y lucho, lucho como un jabato por que era eso, un superviviente nato. Al final el peso de la realidad a podido al peso de la voluntad.
Descansa amigo allí donde estés Ramón, siempre me acordaré de ti, espero que algún día me enseñes esas fotos que nunca encontraba tu mujer en el "Juan Sebastian Elcano". Un abrazo a toda la familia!
Sentimiento.
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