domingo, 27 de febrero de 2011

LOS CAMBIOS NECESARIOS


"A los que corren en un laberinto, su misma velocidad los confunde". (Séneca )

El articulo de ayer donde hablaba de la "Instrucción de buenas practicas de las Tecnologías y de la Información y Comunicación (TIC) de la Diputación de Alicante", me ha dado por darle unas vueltas de rosca al necesario cambio de cultura tan urgente en nuestra Administración Pública. En estas lineas dejo simplemente unas pinceladas a un debate que seguro necesitaria de más tiempo y espacio pero al que no me resisto a comentar.
Como sabemos desde hace años se viene agudizando la crisis sobre la legitimidad de la Administración Pública para resolver adecuadamente las necesidades sociales. El ciudadano ha pasado a percibirse a sí mismo cada vez más que como “usuario” de servicios, como cliente de la Administración, y a exigir que ésta actúe en consecuencia, poniendo en crisis el modelo burocrático tradicional. A nadie escapa y las encuestas al uso así lo dicen que la percepción social de la función pública y por ende de los empleados públicos, sigue siendo bastante desfavorable.
El desarrollo y evolución de una Sociedad cada vez más compleja e interdependiente, ha provocado no sólo un incremento de la demanda de más y mejores servicios públicos, sino que también reclama nuevas formas de relación más abiertas y flexibles, transparentes y democráticas que permitan la participación e involucración del ciudadano y de los agentes sociales y económicos en la toma de decisiones directivas que se adoptan desde las instituciones públicas.
Los mimbres para un cambio de cultura no son otros que entender que son las personas las que llevan a cabo los avances, los logros y los errores de las organizaciones.En la era del capital intelectual el estilo de dirección de "ordeno y mando" ( ¿a que me recuerda a mi esto?) no sirve. Si la organización está tan interesada en aprovechar las mejores cualidades de sus trabajadores como ellos mismos, se impone un liderazgo que sea capaz de motivar a las personas, de implicarlas en los objetivos de la organización, basado en la ética, en la comunicación permanente y en la utilización de las habilidades propias de la inteligencia emocional. El liderazgo es algo distinto a ser Jefe. El liderazgo es un privilegio que nos tiene que reconocer los demás.
Al tiempo se hace necesario revalorizar el papel de la Planificación estratégica y la dirección por objetivos, en un entorno receptivo a las demandas y exigencias de los ciudadanos. El paradigma de la Nueva Gestión Pública persigue conocer cómo se gastan los recursos inicialmente disponibles, en lugar de, simplemente, cuánto se gasta.
Al hilo de lo expuesto, junto a la mejora de la presupuestación, el control del gasto público debe orientarse también hacia esta cultura de los resultados, aportando valor añadido a una función que ha estado centrada tradicionalmente en el control de la legalidad.
Un cuarto punto seria entender que si se concibe a las personas como el principal activo de las organizaciones y una máxima del pensamiento de la dirección actual es la de que “lo que no se mide no se puede gestionar”, no queda más remedio que intentar medir y valorar la contribución de las mismas a la marcha de la organización. De este modo se hace imprescindible que la Planificación de recursos humanos este alineada con la planificación estratégica. El siguiente paso seria la necesidad de una nueva política retributiva para los empleados públicos, en la que una parte de las remuneraciones esté ligada al desempeño. Y ya por último la implementación de la gestión por competencias en la función pública.El desempeño eficaz de un puesto de trabajo pasa, desde luego, por la preparación académica, los conocimientos, la experiencia y habilidades, pero también por una serie de actitudes, comportamientos y valores cuyo perfil es preciso identificar para cada puesto en concreto.
Estos pasos aquí expuestos a modo de análisis general suponen sin duda un camino que puede servir para legitimar la existencia del sector público y a la percepción de una gestión pública cada vez más útil y profesionalizada. Esperemos que algún molusco emocional de los que dirigen nuestra Administración Pública se de cuenta de por donde van los "tiros" (con perdón) y den por fin un paso adelante olvidado los viejos modelos de dirección, aplicando estos parámetros y viviendo la realidad que toca.
Cruzo los dedos.

2 comentarios:

  1. Tienes razón, argy, mucha razón. Pero la Reforma de La Administración sigue siendo una asignatura pendiente de nuestra democracia. La prometió hace ya muchos años, el mismo Felipe González y sigue sin hacerse. El problema será que nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato, ni jugarse el empleo por la pérdida de votos que ello pueda suponer.
    La dictadura del funcionariado, es una expresión que utilizan los disidentes chinos y que aquí se traduce en "la fuerza de los votos del funcionariado", no es lo mismo, claro, pero lo parece.

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