lunes, 22 de febrero de 2010

VANDALISMO EN NUESTRA CIUDAD


ARTICULO PUBLICADO EN EL DÍA DE HOY (22-02-2010) EN EL DIARIO INFORMACIÓN DE ALICANTE A PARTIR DE DOS NOTAS EN EL BLOG QUE HABLABAN SOBRE ESTE TEMA.

Robo y rotura de lunas en vehículos en diferentes zonas de Alicante, robo y destrozos en elementos urbanos, graffiti, etcétera.? En concreto los atentados a lo público han tenido un coste para nuestro Ayuntamiento en 2009 de un millón de euros.
Parece que existe una estratificación de la violencia; hay quien arranca flores/plantas (he visto a personas adultas llevarse flores de pascua de los maceteros de la calle castaños hace justo un año), hay quien pisotea plantas (jóvenes y no tan jóvenes igualmente), hay quien por moda o forma de expresión «artística» hace grafitos en cualquier lugar, hay quien arranca una papelera y/o señal de tráfico, hay quien va más allá, si cabe, y se carga una marquesina de vidrio o cabina de teléfono, y los hay que ya van a tope y queman un contenedor, o un poco más y tiran al mar una escultura de 400 kilos (que tienen que rescatar dos buzos y un barco con grúa) incluso logran tumbar otra figura de 800 kilos. Por último, están los que no tienen bastante y entran en urbanizaciones destrozando lunas de los vehículos además de expoliarlos.
Buscar el origen de ese tipo de violencia, los actos vandálicos contra lo público, o la propiedad privada, daría más que esta humilde reflexión, pero merece la pena reflexionar que es lo que puede provocar este tipo de actuaciones por parte de estos proto-criminales.
Los actos vandálicos se producen cada vez con más frecuencia en nuestras ciudades. A uno le da que pensar si en esto influirá el ritmo de vida que nos impone el tiempo que nos toca vivir.
Padres a los que sus jornadas laborales casi les impiden educar a sus hijos, delegando está responsabilidad en terceros (abuelos, cuidadoras), y en muchos casos «educándose» en la calle. Un papel del profesorado desnaturalizado, donde no existe ningún respeto hacia ellos (son de agradecer algunas medidas para paliar esto que se están comenzando a tomar) y donde su autoridad es casi inexistente. El papel de la televisión, donde el afán por ganar cuotas de pantallas hacen que los contenidos no se cuiden lo más mínimo, donde no se mandan mensajes que premien cualidades del ser humano como el esfuerzo, la dedicación, el compañerismo, amistad, generosidad, etcétera. Ahora la violencia se transmite incluso desde los dibujos animados, o desde programas a primeras horas de la mañana donde es posible encontrar la frivolidad y la falta de respeto como la bandera que los guía.
Se han realizado estudios en otras ciudades españolas como Sevilla que apuntan en una dirección donde el vandalismo emerge en las grandes ciudades como contestación a un proceso evidente de mercantilización del espacio público. Parece ser que los patrones de uso y disfrute del espacio público se han modificado y responden a una estructura productiva que sitúa a muchas de estas ciudades en el sector terciario, siendo el turismo su principal motor económico. La ciudad del centro donde se encuentran la mayoría de sus emblemas, de los espacios estrella que se usan para su promoción se sitúan en el objetivo prioritario de este tipo de actos.
La proliferación de estos actos quizás también viene dada por la extensión entre los más (y menos) jóvenes en el uso de los nuevos medios de comunicación como es Internet y los SMS, donde el contacto y la organización de los mismos es mucho más fácil.
¿Qué se puede hacer frente a esto ahora y conseguir resultados inmediatos? La única solución la pueden brindar, bien, mediante sistemas de control (policía) o a través de especialistas que traten estas patologías a los jóvenes que las sufren como acertadamente apunta el pedagogo J. A. Marina.
En esta, como tantas otras cuestiones que atañen a la educación de las generaciones futuras no existen, a mi modo de ver opciones, sólo obligaciones por parte de los responsables políticos en la solución (o al menos su intento) de estas cuestiones. Se debiera prestar una atención con mayúsculas, porque cada día que pasa sin tomar medidas más contundentes desde la génesis para prevenir, y desde el final para disuadir convierten al problema en casi irreversible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario