viernes, 23 de diciembre de 2011

PENSANDO





"La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad". (Francis Bacon)

Uno ha llegado a comprender con el paso de los años por la experiencia relatada en otros, que la clave para no caer en el desanimo, la desilusión y la decepción en las cosas terrenales, lo ideal es no esperar nunca nada de nadie, o lo que es lo mismo, no fundarse falsas esperanzas sobre realidades que no controlamos, y que sin embargo nos controlan a nosotros mismos. Lo malo, es que las más de las veces, sólo nos aprendemos la parte teórica de las cosas, y no podemos afrontar la dureza de la aplicación practica de las mismas. Lo que más fastidia, es que para un quejica profesional como el que os escribe, es duro darse cuenta de que no es la vida quién es pesimista, sino que es uno mismo el que no logra desacerse de ese nudo que lo aprieta, cayendo en los mismos errores infantiles que no dejan de seguirme aún con el paso de los años. Me acuerdo de las palabras de mi amigo Pepe Berzosa cuando siempre me repetia, "Antoñico, en la vida no elegimos, nos eligen". Que razón tenia el "condenao".Me hace hasta cierta gracia cuando me paro a pensar un poco, y me autoanalizo, dándome cuenta de que aún guardo algo de la ingenuidad, y hasta cierta (contenida) curiosidad infantil que toda mente inmadura practica. Y eso, en el fondo, a pesar de como las pintan, no es malo del todo, creo yo. La parte no deseada es que ello me lleva a confundir cuestiones tales como la amistad, por poner un ejemplo, con otras cuestiones alejadas de ello, llevándome "chascos" tremendos, ya que caemos y caemos en la misma trampa de manera habitual. Sin duda, Descartes no andaba desencaminado cuando decía que "no podemos querer otra cosa sin apercibirla por el mismo medio que la queremos". A fin de cuentas el tema de los afectos entendidos como tal, es algo que es esencial en el devenir de la especie humana, de hecho quiénes se encargan de estudiar estás cuestiones dicen que somos inmaduros afectivamente, y alcanzar la madurez nos lleva toda una vida, en ocasiones sin éxito, añado yo. Por tanto, cuando hablamos de algo que bordea lo psicológico y lo antropológico, la cosa tiene miga. En todo caso, estamos en una época, la navideña, en la que las familias y amistades se ponen a prueba más que nunca, y seria buena ocasión para que hiciéramos un alto en el camino, y pensáramos sobre ello, yo al menos me tomo ese tiempo, y si se puede, o es posible, aplicarnos en dejar por unos días el orgullo y el ego en casa, al menos como experimento, y probemos haber que pasa. Si no se toma esto último como opción, también podemos utilizar opciones más placenteras o un camino alternativo, , es decir, simplemente, estar juntos (como forma expresiva de afecto), aunque no se diga nada. En ocasiones el silencio tiene más carga emotiva que las palabras, ya se sabe. Aqui lo dejo. Haber que os parece, ya que mucho me temo que me he pasado de la linea filosófica habitual, y por hoy ya es suficiente. Buen fin de semana y FELIZ NAVIDAD. Ja vorem!

3 comentarios:

  1. Claro es que estas fiestas que se supone (que algunos suponen) que son un elemento cohesionador y de felicidad, son justo lo contrario, es decir: un elemento disgregador y que además de ponerse malo comiendo y gastando, sirve para tomar grandes berrinches, jajaja. Un saludoo.

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  2. Asi es mon amie...........Un saludo

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  3. La verdad es que a mí no se me da también explicarme como a ti, yo soy un poquito mas... llámame bruto, pero creo que a fin de cuentas, los dos queremos decir lo mismo... ;)

    http://loquemetocaloscojones.blogspot.com/2011/12/feliz-falsedad.html

    Feliz falsedad y suerte en los del concurso este de los 20blogs.

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