“Lo que se llama nuestro deber no es más que la libertad de los otros: es la libertad nuestra, que paga el respeto que debe a la libertad del otro” (Alberdi)
Con motivo de la próxima visita del Papa Benedicto XVI debido a la celebración de una nueva Jornada de la Juventud, las criticas se están convirtiendo en la tónica general, quizás más general de lo normal. En especial llama poderosamente la atención la campaña que ha iniciado una larga lista de organizaciones laicas que a través de facebook han convocado una manifestación el 17 de agosto en Madrid, en concreto desde Tirso de Molina hasta la puerta del Sol, que permanece cerrada a cal y canto por la policía. El esperpento llega al extremo incluso que también exhortan a “boicotear" los productos de las empresas patrocinadoras de la visita. “No compres productos de empresas que lleven el logotipo JMJ Madrid 2011”, son sus sloganes, mientras añaden la lista completa de todos los patrocinadores del evento. Desde luego que no seré yo quien niegue que la Iglesia tiene muchos puntos "flacos" que son muy criticables, y que además requieren su revisión, cuando no transformación inmediata. Pero tan cierto como esto, es que esta misma Iglesia le ahorra a la arcas del estado cantidades ingentes de dinero desde todas sus obras sociales (colegios, hospitales, residencias de ancianos, albergues de transeúntes, atención a enfermos de SIDA, Cáritas...).En concreto le ahorra al Estado español cada año varios millones de euros, el 1% del PIB para ser más exactos. Esto creo que ya merece un respeto de entrada. Por tanto quizás muchos de estos "señores" y "señoras que tanto critican y que son menos de los que se atienden en los comedores diocesanos, debieran saber además, que con las cifras en la mano, es la organización que más colabora con los más necesitados, dentro y fuera de nuestras fronteras, y que más de dos millones y medio de personas se benefician de estos servicios, a los que hay que sumar el millón de beneficiarios de los programas de Cáritas Española en nuestro país. Por no hablar del millón de voluntarios entre sus "filas". Razones más que suficientes para que al menos ese respeto que reclaman estos "indiganados" para con su causa (por cierto muy justa y necesaria) lo aplicasen a la persona que representa la Iglesia en el mundo. La libertad no brota de un sablazo. Ja vorem!
Con motivo de la próxima visita del Papa Benedicto XVI debido a la celebración de una nueva Jornada de la Juventud, las criticas se están convirtiendo en la tónica general, quizás más general de lo normal. En especial llama poderosamente la atención la campaña que ha iniciado una larga lista de organizaciones laicas que a través de facebook han convocado una manifestación el 17 de agosto en Madrid, en concreto desde Tirso de Molina hasta la puerta del Sol, que permanece cerrada a cal y canto por la policía. El esperpento llega al extremo incluso que también exhortan a “boicotear" los productos de las empresas patrocinadoras de la visita. “No compres productos de empresas que lleven el logotipo JMJ Madrid 2011”, son sus sloganes, mientras añaden la lista completa de todos los patrocinadores del evento. Desde luego que no seré yo quien niegue que la Iglesia tiene muchos puntos "flacos" que son muy criticables, y que además requieren su revisión, cuando no transformación inmediata. Pero tan cierto como esto, es que esta misma Iglesia le ahorra a la arcas del estado cantidades ingentes de dinero desde todas sus obras sociales (colegios, hospitales, residencias de ancianos, albergues de transeúntes, atención a enfermos de SIDA, Cáritas...).En concreto le ahorra al Estado español cada año varios millones de euros, el 1% del PIB para ser más exactos. Esto creo que ya merece un respeto de entrada. Por tanto quizás muchos de estos "señores" y "señoras que tanto critican y que son menos de los que se atienden en los comedores diocesanos, debieran saber además, que con las cifras en la mano, es la organización que más colabora con los más necesitados, dentro y fuera de nuestras fronteras, y que más de dos millones y medio de personas se benefician de estos servicios, a los que hay que sumar el millón de beneficiarios de los programas de Cáritas Española en nuestro país. Por no hablar del millón de voluntarios entre sus "filas". Razones más que suficientes para que al menos ese respeto que reclaman estos "indiganados" para con su causa (por cierto muy justa y necesaria) lo aplicasen a la persona que representa la Iglesia en el mundo. La libertad no brota de un sablazo. Ja vorem!
P.D. Redundando en las "tontás" se me ocurre sugerir al gobierno (con respecto al limite de velocida a 90 km/h en carrereteras secundarias) algo en la linea que he escuchado está mañana. ¿ Porque no proponer el limite en 93´5 km por cada tres cuartos de hora? Asi ya nos vuelven más "gilopollas" de lo que ya estamos y acaban antes.
La estupidez es gratis, argy, o eso parece. Es tanto y tanto cada día y todo el tiempo que no sé como acabaremos. Yo, ya sabes, he decidido no oír las noticias, solo te leo a ti y a cuatro amigos más. Soy mas feliz.
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