"La crueldad es uno de los placeres más antiguos de la humanidad". (Nietzche)
Ayer escuche en una cadena de radio nacional una entrevista realizada al Presidente de Globalia Juan José Hidalgo. Lo cierto es que escuchar a grandes empresarios de nuestro país es el ejercicio necesario para saber que músculos ejercitar de cara al futuro. Estos y no otros, me refiero a políticos, economistas y periodistas de opereta, son los que pueden hacer un diagnostico real de la situación así como una planificación de escenarios posibles en base a su experiencia.
Este hombre (Hidalgo) venia a corroborar las palabras que ya dijo Roig, el propietario de Mercadona, cuando aquello ya convertido en aforismo, de que "lo bueno del 2011 es que será mejor que el 2012". Se mostró muy pesimista y critico con dureza la rigidez de nuestro sistema laboral, en especial la fuerza y el poder de los sindicatos, a los cuales tacho de avariciosos cuando sólo saben reclamar derechos pero asumir muy pocas obligaciones. A su juicio, uno de los grandes problemas de la economía española está en “el sindicalismo radical”, que pueden “coartar” el crecimiento del país.No creo que ande desencaminado este señor cuando me paro a pensarlo, quizás se quede hasta corto. Además añadió que la buena temporada turística en este 2011 fue “circunstancial”, y puso énfasis en el mal momento del turista nacional.Al tiempo auguro un negro futuro a las aerolíneas nacionales que son las únicas que no han quebrado, en este caso las institucionales, y las que quedan de las nuevas “durarán poco tiempo y hasta que les quiten las subvenciones”.
Lamento haberos amargado el día, pero es lo que hay amigos. Tenemos que ajustar las velas para lo que nos viene encima. Me quedo para acabar con las palabras de Juan Roig al referirse a nuestra situación actual. “De esto se sale trabajando, no especulando”, “O mejoramos la productividad o bajaremos nuestro nivel de vida. Y África volverá a empezar en los Pirineos”. Oído cocina. Ja vorem!
Ayer escuche en una cadena de radio nacional una entrevista realizada al Presidente de Globalia Juan José Hidalgo. Lo cierto es que escuchar a grandes empresarios de nuestro país es el ejercicio necesario para saber que músculos ejercitar de cara al futuro. Estos y no otros, me refiero a políticos, economistas y periodistas de opereta, son los que pueden hacer un diagnostico real de la situación así como una planificación de escenarios posibles en base a su experiencia.
Este hombre (Hidalgo) venia a corroborar las palabras que ya dijo Roig, el propietario de Mercadona, cuando aquello ya convertido en aforismo, de que "lo bueno del 2011 es que será mejor que el 2012". Se mostró muy pesimista y critico con dureza la rigidez de nuestro sistema laboral, en especial la fuerza y el poder de los sindicatos, a los cuales tacho de avariciosos cuando sólo saben reclamar derechos pero asumir muy pocas obligaciones. A su juicio, uno de los grandes problemas de la economía española está en “el sindicalismo radical”, que pueden “coartar” el crecimiento del país.No creo que ande desencaminado este señor cuando me paro a pensarlo, quizás se quede hasta corto. Además añadió que la buena temporada turística en este 2011 fue “circunstancial”, y puso énfasis en el mal momento del turista nacional.Al tiempo auguro un negro futuro a las aerolíneas nacionales que son las únicas que no han quebrado, en este caso las institucionales, y las que quedan de las nuevas “durarán poco tiempo y hasta que les quiten las subvenciones”.
Lamento haberos amargado el día, pero es lo que hay amigos. Tenemos que ajustar las velas para lo que nos viene encima. Me quedo para acabar con las palabras de Juan Roig al referirse a nuestra situación actual. “De esto se sale trabajando, no especulando”, “O mejoramos la productividad o bajaremos nuestro nivel de vida. Y África volverá a empezar en los Pirineos”. Oído cocina. Ja vorem!
El caso es que todo el mundo sabe lo que hay que hacer. Todos decimos que esta crisis es financiera y/o bancaria pero sigo pensando que le mal está en la baja productividad y por eso que hoy tú tan bien describes: La descompensación de la balanza de derechos y obligaciones, argy.
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