"La reflexión es el ojo del alma" (J. B. Bossuet)
Estaba viendo un programa en la segunda cadena de la TV pública que hablaba de Arquitectura sostenible después de haber leído un par de articulos de mi amigo virtual Enrique Tarragó (http://etarrago.blogspot.com/) donde comentaba aspectos relacionados con la venta de viviendas, clientes, bancos, etc. Y esto me ha hecho darle al "coco" con este tema. Un país como el nuestro con tres millones de viviendas vacías y un crecimiento urbanístico no muy ejemplar sin duda es campo abonado para aplicar estás tesis. "Palabros" como arquitectura sostenible, bio-construcción, eco-diseño, biomímesis se escuchan cada vez con mayor frecuencia y van penetrando en nuestro más o menos "reducido" mundo, sigularmente para el profano en estos menesteres. A mi me da (aún a riesgo de errar) que desde este ámbito se ha caído quizás dentro de una espiral de culto por la tecnocracia y se piensa que el uso e investigación de las más altas tecnologías pueden acercarnos a lo que pretende llamarse “arquitectura sostenible”. Incluso he leído algo de algún colega dentro de la profesión de sociólogo que dice incluso que "la ecología se ha transformado en el nuevo campo de desarrollo capitalista. En la actualidad “ser ecológico” vende… y se vende bien". Mucho me temo que los expertos en estos temas en lugar de plantearse seguir con las ansias de crecimiento, si es que las tienen aún, debieran evaluar todo ese enorme campo urbano que existe y buscar nuevas vías para adecuar las ciudades existentes a los nuevos requerimientos sociales, culturales y espaciales de este siglo. Por que como leí no recuerdo donde no puede existir desarrollo sostenible utilizando los mismos modelos de producción y consumo surgidos de la Revolución Industrial. O dicho de otro modo no es posible salvar el entorno a golpe de retroexcavadoras movidas por biocombustibles. Sin duda un tema a desarrollar más ampliamente en está época vacacional que se acerca. Ja vorem!
Estaba viendo un programa en la segunda cadena de la TV pública que hablaba de Arquitectura sostenible después de haber leído un par de articulos de mi amigo virtual Enrique Tarragó (http://etarrago.blogspot.com/) donde comentaba aspectos relacionados con la venta de viviendas, clientes, bancos, etc. Y esto me ha hecho darle al "coco" con este tema. Un país como el nuestro con tres millones de viviendas vacías y un crecimiento urbanístico no muy ejemplar sin duda es campo abonado para aplicar estás tesis. "Palabros" como arquitectura sostenible, bio-construcción, eco-diseño, biomímesis se escuchan cada vez con mayor frecuencia y van penetrando en nuestro más o menos "reducido" mundo, sigularmente para el profano en estos menesteres. A mi me da (aún a riesgo de errar) que desde este ámbito se ha caído quizás dentro de una espiral de culto por la tecnocracia y se piensa que el uso e investigación de las más altas tecnologías pueden acercarnos a lo que pretende llamarse “arquitectura sostenible”. Incluso he leído algo de algún colega dentro de la profesión de sociólogo que dice incluso que "la ecología se ha transformado en el nuevo campo de desarrollo capitalista. En la actualidad “ser ecológico” vende… y se vende bien". Mucho me temo que los expertos en estos temas en lugar de plantearse seguir con las ansias de crecimiento, si es que las tienen aún, debieran evaluar todo ese enorme campo urbano que existe y buscar nuevas vías para adecuar las ciudades existentes a los nuevos requerimientos sociales, culturales y espaciales de este siglo. Por que como leí no recuerdo donde no puede existir desarrollo sostenible utilizando los mismos modelos de producción y consumo surgidos de la Revolución Industrial. O dicho de otro modo no es posible salvar el entorno a golpe de retroexcavadoras movidas por biocombustibles. Sin duda un tema a desarrollar más ampliamente en está época vacacional que se acerca. Ja vorem!
Y muy en serio, si señor, argy. Es cierto, curiosamente, que, como hacen los politicos con las encuestas, los empresarios son capaces de pintarse el alma de verde por puro posicionamiento comercial antes que por haber sido sociologicamente convencidos de ello por la sociedad que los impulsa.
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