miércoles, 12 de febrero de 2014

ATENDIENDO

 
 
 
 
"Todos los males de la democracia pueden curarse con más democracia" (Alfred Emanuel Smith)


Ayer a colación de un comentario sobre mi ex-profesor en la Universidad de Alicante Antonio Alaminos, por parte de mi amigo virtual  Paco en Facebook, estuve reflexionando sobre las palabras del primero y no me he resistido a comentarlas en esta tribuna. Sus palabras, no por obvias son menos ciertas. A este sociólogo experto en Cambio Social y Sociología electoral se le preguntaba en una entrevista en El Mundo que donde podría derivar la situación actual, y este contestaba que
durante un cierto tiempo hemos estado esperando una revolución. pero si está ha de llegar será una revolución conservadora. No es una revolución de una sociedad que aspira a algo, sino de una sociedad que tenía un bienestar social, unas condiciones de vida que ha perdido. Esa naturaleza conservadora, pese a que sus contenidos sean progresistas o sociales, marca qué riesgos están dispuestos a correr sus protagonistas.. La razón no es otra que el grueso del movimiento es clase media baja en crisis, y sobre un estallido más virulento, es  posible que no llegue a darse ya que a la clase media no le entra en la cabeza la idea de convertirse en delincuentes, les aterroriza la idea de que les lleven detenidos a comisaría o que les pongan una multa. Llama la atención lo que comenta sobre como el tema de la corrupción frente al electorado, aquí expone que el PP sabe que hay una parte de este que es insensible. Todo depende de lo que se quiera creer. Y lo último que hace un político, y por eso Rajoy no lo hizo, es pedir perdón. Si en una pareja uno piensa que el otro le ha engañado, y la otra persona se lo niega hasta la muerte, tenderá a creerla. Pero en el momento que una de ellas reconoce en un ataque de sinceridad que le ha engañado, ya se ha producido la ruptura. Siendo esto así, debe ser que al igual que sabemos nosotros ciertas premisas, los que tenemos al otro lado deben saberlo igualmente, porque de otro modo no se entiende que se actué de manera tan irrespetuosa para con quien les ponen y mantienen en su pedestales. Mañana más. Ja vorem!

2 comentarios:

  1. Tan cierto como espléndido artículo, amigo argy. La sinceridad es mala amiga de según que verdades que, como no, son inconfesables y por eso se llaman así.

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