LAS IDAS Y VENIDAS

 

 

 

 

El destino mezcla las cartas, y nosotros las jugamos". (Arthur Schopenhauer)

 

Con la cae, y con la edad que uno tiene ya, en ciertos momentos me da por analizar como se conforma mi devenir con el resto de mortales que arman mi circulo de relaciones, unas más centrifugas, y otras más centrípetas. Ayer noche en una cena de las que hacen historia salio esté tema de conversación, que termino como siempre poniendo a cada uno en su sitio, jejeje. Ahora en serio, lo cierto es que cuando se hacen ciertos ejecicios mentales que tienen que ver con el distanciamiento, académico unas veces, otras no tanto, en verdad  es realmente beneficioso, cuando no hasta cómico. Son ventajas que se tienen al preocuparme  más el perfeccionamiento del carácter, que  el crédito o la notoriedad,sobre todo la que nos otorgan otros (con mayores o menores dosis de mala uva). Cuando se observa y analiza con detenimiento el baile de almas que pasan por nuestras vidas,en determinados momentos notamos que hay personas que suelen acercarse aprovechando la relación de uno con terceras personas, creyendo que eso les otorgará más cercanía a esas otras. Entonces las adulaciones y agasajos en formas miles acuden sin llamada y sin esperar salida. Pero si llega un momento, en que por cosas de la vida se deja de mantener un contacto cotidiano o regular, incluso abandono total con esas otras personas que provocarón esos acercamientos mencionados, es cuando esas otras que antes te adulaban van separándose con una precisión casi quirúrgica. Ya se sabe que el crecimiento  es un proceso de prueba y error, y estas circunstancias en lugar de hacernos mal, nos hacen más fuertes.  Dicho lo dicho si me lo permitís amigos, si os pasa algo parecido ser pacientes, pensar que las claves de vuestro futuro están escondidas en vuestras vidas diarias, y que como decía mi amigo Pepe Berzosa, "en la vida no elegimos, nos eligen". Ja vorem!