lunes, 4 de marzo de 2013

UNA DE "TÁCTICAS".






"Los amigos suelen abandonarnos a la hora de la desgracia: los enemigos nos siguen hasta la muerte". (Conde de Romanones)


Hoy quiero dejar aqui para la reflexión un texto que acabo de recibir de mi tio Joaquin. Espero que os sirva para que penseís en ello, aunque sea sólo un poquito, a mi lo cierto es que me ha hecho pensar en que esto me es muy familiar ¿y a vosotros?. Ja vorem!




 
 
TÁCTICA DE ROMANONES



Permítanme que les cuente algo:



Es antológica la anécdota protagonizada por don Álvaro de
Figueroa y Torres, conde de Romanones.
Este caballero fue elegido diputado ininterrumpidamente por la circunscripción de Guadalajara desde 1891 a 1923 en las listas del Partido Liberal. Y el secreto de sus reiterados triunfos electorales era una habilidosa combinación de caciquismo y clientelismo hasta el punto de hacer de la provincia alcarreña su verdadero feudo.
En cierta ocasión, don Antonio Maura, que llegaría años después a ser jefe del Partido Conservador y Presidente del Consejo de Ministros en varias ocasiones, decidió disputar el escaño al jabonoso conde. Se presentó en Guadalajara y allí se le informó de que tendría muy complicada la cosa pues el Conde de Romanones ofrecía a cada elector 2 pesetas por voto y que eso había generado un tejido cautivo muy difícil de rasgar.
- Muy bien, dijo Maura. Si Romanones paga el voto a 2 pesetas, yo lo pagaré a 3.
Y, dicho y hecho, Maura empezó a comprar los votos a 3 pesetas.
Pasados unos días Romanones llegó a Guadalajara, como
siempre, a repetir la jugada. Pero cuando hubo llegado se le
informó que ese año lo tendría realmente difícil puesto que Maura se le había adelantado y además había ofrecido 3 pesetas por voto. Entonces Romanones no vaciló. Fue localizando a los electores que habían sido tentados por Maura y, uno por uno, les iba diciendo:
- Toma un duro y dame las tres pesetas (que habían previamente recibido de Maura).
El resultado lo pueden imaginar: Romanones arrasó, los electores se embolsaron cada uno un duro (cinco pesetas) y a Romanones los votos le costaron a dos, como de costumbre.
¿Y todavía hay ingenuos que dicen que hemos progresado?
Ahora entiendo aquello de dar duros a tres pesetas.

P.D.: Y yo tambien lo entiendo.
 

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