"!Sujeta bien el tiempo! Protégelo, vigílalo, cada hora, cada minuto. Si no lo tienes en cuenta se desvanece (...)
Considera sagrado cada momento. Dale a cada uno claridad y significado, a cada uno el peso de tu atención, a cada uno su verdadero y merecido logro". (Thomas Mann)
"Una recién nacida muere al caerse con su padre por unas escaleras". Así dice la noticia ocurrida el pasado Martes en Alicante, donde el padre (diabético) llevaba en brazos a la pequeña, que ni siquiera había cumplido los cinco días de vida, y sufrió un desvanecimiento en las escaleras de la vivienda, por lo que se cayó sin poder reaccionar para proteger a la niña en la caída.
Estaba dudando entre comentar o no está noticia. Finalmente lo he hecho, simplemente por el hecho que supone imaginar la enorme pena de unos padres ante tal fatal acontecimiento.
He pensado en lo padres y he pensado en la pobre niña, Carmen de tan solo cinco días de vida. He pensado en lo frágil que es todo en está vida. He pensado en lo duro que es entender (o más bien intentarlo) este recorrido llamado existencia. He pensado que Dios ha atracado a está familia. Pienso en el ejercicio que debiéramos hacer todos, durante todos los días igualmente de nuestra vida, en agradecer sin dudarlo todo lo que tenemos. Me arrepiento por ser un "quejica" que se lamenta en ocasiones por nimiedades o cuestiones sin mayor trascendencia, de preocuparme en exceso por lo que tiene que venir o de lamentarme de igual modo, por lo que no he hecho, sin darme cuenta de que lo más bonito y más importante, me ocurre en el momento presente. Doy gracias a Dios y a la vida por tener lo que tengo, mi mujer, mi hija mi familia y mis amigos y por poder disfrutar de ellos. Y me alegro de ser consciente de que el único modo de hacer justicia a la vida es vivirla tan plenamente como nos sea posible, cosa que no hacemos muy frecuentemente por cierto.
Estaba dudando entre comentar o no está noticia. Finalmente lo he hecho, simplemente por el hecho que supone imaginar la enorme pena de unos padres ante tal fatal acontecimiento.
He pensado en lo padres y he pensado en la pobre niña, Carmen de tan solo cinco días de vida. He pensado en lo frágil que es todo en está vida. He pensado en lo duro que es entender (o más bien intentarlo) este recorrido llamado existencia. He pensado que Dios ha atracado a está familia. Pienso en el ejercicio que debiéramos hacer todos, durante todos los días igualmente de nuestra vida, en agradecer sin dudarlo todo lo que tenemos. Me arrepiento por ser un "quejica" que se lamenta en ocasiones por nimiedades o cuestiones sin mayor trascendencia, de preocuparme en exceso por lo que tiene que venir o de lamentarme de igual modo, por lo que no he hecho, sin darme cuenta de que lo más bonito y más importante, me ocurre en el momento presente. Doy gracias a Dios y a la vida por tener lo que tengo, mi mujer, mi hija mi familia y mis amigos y por poder disfrutar de ellos. Y me alegro de ser consciente de que el único modo de hacer justicia a la vida es vivirla tan plenamente como nos sea posible, cosa que no hacemos muy frecuentemente por cierto.
Me apunto a tu forma de hacer justicia con la vida. Parece fácil, pero no lo es. Enhorabuena.
ResponderEliminarNada fácil, yo meto la pata a diario.
ResponderEliminarUn saludo