"Las muchas promesas disminuyen la confianza" (Quinto Horacio Flaco)
Son estos tiempos donde se hace necesario el dotar de más contenido si cabe, a eso que se da en llamar confianza, seguridad, empuje y "cosas" por el estilo. La teoría nos dice que cada uno de nosotros debemos actuar y trabajar cada día con el uso de la paciencia, el tiempo, las formas y una constante evaluación de nuestras acciones, todo ello con el fin de constatar nuestras capacidades y conocer nuestras limitaciones. Estas palabras, dignas de cualquier guru de esos que escriben libros de autoayuda, quedan muy bonitas escritas sobre el papel, pero es un repecho demasiado "empinado" para ser encarado con éxito, ¿verdad?. Confiar en alguien conocido es difícil, sin duda, pero cuanto más complicado lo es confiar en quien no conocemos. Lo que parece innegable es que ese sentimiento del que todos queremos ser poseedores (creo yo) que se va forjando desde la más tierna infancia a través de la seguridad y la atención, es un sentimiento que germina dentro de nosotros y del que somos responsables últimos de su brote o no. Dicho de otro modo, está nunca viene de fuera, porque quién no tiene confianza en si mismo, dificilmente la podrá tener en los demás. Esto es tautológico que diría un cursi.Hay está la cuestión, como comentaba .De algún modo me da a mi, que en lineas generales hemos sido criados en la desconfianza, es decir, con guiones equivocados. Quizás la duda es una compañera de viaje demasiado recurrente. Dudas sobre cómo hacer, y qué hacer nos acorralan más de lo que quisieramos. Solemos poner el listón de medir a los demás, y nunca para uno mismo ¿eh?. Resultado: una visión negativa de todo y de todos. El optimista, sin embargo es todo lo contrario, tiene una confianza absoluta en si mismo, por ello es que muchos jugamos a serlo consiguiéndolo unas veces y otras no. Lástima, como decia no se quien, que la confianza no crezca como la uñas. Bueno por hoy ya está bien. Mañana más. Ser buen@s!. Ja vorem!
Son estos tiempos donde se hace necesario el dotar de más contenido si cabe, a eso que se da en llamar confianza, seguridad, empuje y "cosas" por el estilo. La teoría nos dice que cada uno de nosotros debemos actuar y trabajar cada día con el uso de la paciencia, el tiempo, las formas y una constante evaluación de nuestras acciones, todo ello con el fin de constatar nuestras capacidades y conocer nuestras limitaciones. Estas palabras, dignas de cualquier guru de esos que escriben libros de autoayuda, quedan muy bonitas escritas sobre el papel, pero es un repecho demasiado "empinado" para ser encarado con éxito, ¿verdad?. Confiar en alguien conocido es difícil, sin duda, pero cuanto más complicado lo es confiar en quien no conocemos. Lo que parece innegable es que ese sentimiento del que todos queremos ser poseedores (creo yo) que se va forjando desde la más tierna infancia a través de la seguridad y la atención, es un sentimiento que germina dentro de nosotros y del que somos responsables últimos de su brote o no. Dicho de otro modo, está nunca viene de fuera, porque quién no tiene confianza en si mismo, dificilmente la podrá tener en los demás. Esto es tautológico que diría un cursi.Hay está la cuestión, como comentaba .De algún modo me da a mi, que en lineas generales hemos sido criados en la desconfianza, es decir, con guiones equivocados. Quizás la duda es una compañera de viaje demasiado recurrente. Dudas sobre cómo hacer, y qué hacer nos acorralan más de lo que quisieramos. Solemos poner el listón de medir a los demás, y nunca para uno mismo ¿eh?. Resultado: una visión negativa de todo y de todos. El optimista, sin embargo es todo lo contrario, tiene una confianza absoluta en si mismo, por ello es que muchos jugamos a serlo consiguiéndolo unas veces y otras no. Lástima, como decia no se quien, que la confianza no crezca como la uñas. Bueno por hoy ya está bien. Mañana más. Ser buen@s!. Ja vorem!
Es cierto, argy. Antes se vivia como en los pueblos, podías dejar la puerta de casa abierta y cuando alguien llamaba, si la tenías cerrada, abrías sin preguntar. La gente se sentaba en las calles y hablaba con la gente que paseaba y/o simplemente pasaba. Hemos perdido la confianza, no sabes como añoro esa vida de pueblo que, a veces, ni tan siquiera en los pueblos de hoy se encuentra.
ResponderEliminarMe acuerdo en casa de mi abuela en el "carreo" recuerdás?.....mi infancia alli, vivio esos momentos que mencionas!
ResponderEliminarVivíamos en la calle y nunca nos pasaba nada, argy, claro que también es cierto que antes con cuatro Guardias se bastaban para controlar todo el bernabeu, uno en cada esquina y prou.
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