"Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería" ( Otto Von Bismark )
A pesar de que el día comienza con la gran alegría que me produce saber que mi e-amigo Enric Tarragó a vuelto a las "trincheras" después de un pequeño "lavado y engrase", comenzamos semana navideña con la noticia que no por conocida es menos indignante. La cosa va de la ruina de la Generalitat Valenciana que ayer tarde leia que anunciaba la prensa local. Según parece, y espero no solemnizar demasiado lo obvio, la Generalitat, con un 2,32% de déficit en relación al Producto Interior Bruto (PIB), casi dobló la media del conjunto de comunidades —situada en el 1,19%— y se colocó como la tercera administración autonómica con más números rojos en el tercer trimestre del año, pero no de este sino de hace un par o tres de ejercicios. Dicho de otro modo, de tratarse de una empresa privada, la Generalitat habría cerrado hace ya algunos años, al encontrarse en situación de quiebra técnica, dado que el pasivo real que arrastraba está Administración al finalizar (por poner un ejemplo) el ejercicio 2009 —la suma de lo que debe, incluidos los gastos no reconocidos en el balance— superaba su activo (el valor de sus bienes y derechos en general). La CV es una región con un PIB de 104.687 millones de euros, equivalentes al 9,61% del PIB nacional, lo que dividido por los casi 5 millones de censados nos pone un poco por debajo de la media española. Añadir que desafortunadamente tanto la tasa de paro, como las estimaciones sobre el impacto de la economía sumergida nos colocan por encima de la media del resto de España. Allá por el 2009 la sindicatura de cuentas ya advertía que el Consell no incorporó al balance la totalidad de sus gastos reales a 31 de diciembre. A esa fecha, existían 962,6 millones en facturas en los cajones (gasto no reconocido) de Sanidad, a los que se añaden otros 101,1 de nóminas sanitarias. A esto se le puede añadir una larga listas más que discutible de acciones de gobierno que terminan todas ellas en el resumen del desastre como es la desaparición de las dos cajas de ahorro valencianas que está pasando más desapercibido de lo que debiera, según yo veo. Dicho lo cual, lo que nos queda como guinda del pastel es que desde el Gobierno de la Generalitat se maquillaban las cuentas como lo hicieron antes los griegos, ¿recodáis?. Quizás no a mucho tardar se cuelgue el cartel de "Se busca Presidente tecnocrata para dirigir Gobierno Autonómico español". No se, no se. ¿Vosotros ¿que pensaís?. Ja vorem.
A pesar de que el día comienza con la gran alegría que me produce saber que mi e-amigo Enric Tarragó a vuelto a las "trincheras" después de un pequeño "lavado y engrase", comenzamos semana navideña con la noticia que no por conocida es menos indignante. La cosa va de la ruina de la Generalitat Valenciana que ayer tarde leia que anunciaba la prensa local. Según parece, y espero no solemnizar demasiado lo obvio, la Generalitat, con un 2,32% de déficit en relación al Producto Interior Bruto (PIB), casi dobló la media del conjunto de comunidades —situada en el 1,19%— y se colocó como la tercera administración autonómica con más números rojos en el tercer trimestre del año, pero no de este sino de hace un par o tres de ejercicios. Dicho de otro modo, de tratarse de una empresa privada, la Generalitat habría cerrado hace ya algunos años, al encontrarse en situación de quiebra técnica, dado que el pasivo real que arrastraba está Administración al finalizar (por poner un ejemplo) el ejercicio 2009 —la suma de lo que debe, incluidos los gastos no reconocidos en el balance— superaba su activo (el valor de sus bienes y derechos en general). La CV es una región con un PIB de 104.687 millones de euros, equivalentes al 9,61% del PIB nacional, lo que dividido por los casi 5 millones de censados nos pone un poco por debajo de la media española. Añadir que desafortunadamente tanto la tasa de paro, como las estimaciones sobre el impacto de la economía sumergida nos colocan por encima de la media del resto de España. Allá por el 2009 la sindicatura de cuentas ya advertía que el Consell no incorporó al balance la totalidad de sus gastos reales a 31 de diciembre. A esa fecha, existían 962,6 millones en facturas en los cajones (gasto no reconocido) de Sanidad, a los que se añaden otros 101,1 de nóminas sanitarias. A esto se le puede añadir una larga listas más que discutible de acciones de gobierno que terminan todas ellas en el resumen del desastre como es la desaparición de las dos cajas de ahorro valencianas que está pasando más desapercibido de lo que debiera, según yo veo. Dicho lo cual, lo que nos queda como guinda del pastel es que desde el Gobierno de la Generalitat se maquillaban las cuentas como lo hicieron antes los griegos, ¿recodáis?. Quizás no a mucho tardar se cuelgue el cartel de "Se busca Presidente tecnocrata para dirigir Gobierno Autonómico español". No se, no se. ¿Vosotros ¿que pensaís?. Ja vorem.
P.D.: A todo esto, FELIZ NAVIDAD.
Yo me acuerdo del titulo de una buenisima pelicula que es muy acomodable a este estado: Este Pais Valençiá es una ruina, argy. Lo peor ya está llegando.
ResponderEliminarDe hecho creo amigo que ha llegado ya,.....
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