"El uno engendra el dos y el dos engendra el tres que engendra el uno". (Lao Tse)
Ayer por la tarde en la reunión de presentación del curso en el Colegio de mi hija, pude ser testigo por parte de su profesora de una verdadera demostración sincera de pasión por lo que uno hace, dedicación, bondad, entrega y verdadera vocación por la enseñanza. Pero sobre todas las cosas, me transmitió ( y por lo que vi, no solo a mi) amor y cariño a raudales, de los que a buen seguro va a disfrutar mi pequeña a lo largo del curso. Tanto me agrado, que la predisposición inicial tras la presentación general del curso por parte de la Dirección académica, se tranformo en emoción, tanto que casi se me saltan las lágrimas, lo confieso. Los que le hemos dado (o al menos intentado) a la cosa de los Human Resources (toma cursileria), siempre hemos dicho que lo uno siente se transmite, y además se contagia, para bien, para mal. Dice S. Covey (uno de tanto gurus de la cosa) acerca de la pasión: "La pasión nace del corazón y se manifiesta en forma de
optimismo, entusiasmo, conexión emocional, determinación. Alimenta un impulso
implacable. El entusiasmo está profundamente arraigado en la capacidad de
elegir, no en las circunstancias. Para quien siente entusiasmo, la mejor forma
de predecir el futuro es crearlo. En el fondo, el entuasiasmo se convierte en un
imperativo moral, haciendo que la persona forme parte de la solución en lugar de
ser parte del problema de sentirse desesperada e impotente...
La clave para
crear pasión en nuestra vida es hallar nuestro talento personal, nuestro papel y
nuestro propósito en el mundo. Es fundamental que nos conozcamos a nosotros
mismos antes de decidir cuál es el trabajo que queremos hacer.Un error muy
frecuente es pensar que la habilidad de una persona es su talento. Sin embargo,
las habilidades no son talentos, aunque el talento exige habilidad. Una persona
puede tener habilidades y conocimientos en áreas donde no tiene talento. Si
tiene un trabajo que exige su habilidad pero no su talento, su empresa no sacará
partido de su pasión ni de su voz... Si podemos
contratar a personas cuya pasión coincida con su trabajo, no necesitarán
supervisión. Se controlorán ellas mismas mejor que nadie. Su ardor procede del
interior, no del exterior. Su motivación es interna, no externa. Cuando podemos
entregarnos a un trabajo que combina una necesidad con nuestro talento y nuestra pasión, nuestro poder se libera".
Es justo lo que vi ayer, A una persona que pesar de llevar 40 años de docencia, combinaba su trabajo, con su vocación, y arropando todo ello la pasión y amor por lo que hace. Me di cuenta, de que lo que muchos gurus del Management dicen, no sólo queda bien en el papel y en un Power Point, sino que se da más en más casos de los que creemos, sólo es cuestión de estar atentos y dejar de escuchar nuestro dialogo interior. A pesar de adversidades, de crisis, bajadas de sueldo, recortes sociales, etc. la excelencia puede sobrepasar esas barreras circunstanciales. Doy la razón a aquellos que mantienen que la pasión es el mejor aliado de la excelencia, ya que sin pasión la vida pierde su sentido, o al menos parte de este. Estoy seguro de que este país tiene muchas personas así. Esperemos que cualidades como las descritas, y aderezadas por otras como la honradez y la dignidad, impregnen todas las capas de nuestra sociedad y lleguen a lo más alto, desterrando lo que ahora nos rodea en forma de inmoralidad y falta de respeto al ciudadano medio. Dicho lo cual, solo me resta añadir que me siento afortunado y feliz al saber que mi hija podrá disfrutar de las enseñanzas y ejemplo de una profesora asi. Feliz Martes. Ja vorem!